OTRA VEZ POR ACÁ...
Esta tarde envíe a mi gente mas querida un mensaje electrónico que redacté al respecto.
Creo que es importante subirlo a este espacio, deseando... no, sabiendo que será de utilidad ponerlo aquí.
Va el mensaje tal como fue enviado:
Querid@s tod@s,
Han llegado a mi buzón un par de mensajes por parte de gente que, me consta, suele reflexionar antes de emitir ideas, juicios y/o noticia alguna.
Se trata de la controvertida existencia de la influenza porcina en México.
Ya que las circunstancias me han dejado con muy poco que hacer, el día de hoy que recibí ambos correos, me decidí a invertir algunas horas en la tarea de explorar las fuentes de estos mensajes. Que no a mis amig@s, de cuya amorosa inteligencia e intención creativa estoy cierta. ¡Por supuesto no soy tan ingenua! Se que son seres humanos igual que tú y que yo. Es difícil manejar tantísima información en tan explosivo ambiente emocional, en el escenario del miedo.
En fin. Pensaba dedicar un par de horas al asunto, copiar y pegar un par de datos, enviar un correo y dedicarme a otra cosa, quizá continuar la lectura de la novela que traigo entre manos.
El plan cambió. Hace mas de 6 horas que estoy sumergida en la red, examinando toda clase de opininones, datos, informes, teorías conspirativas y teorías explicativas, comentarios en todos los tonos, desde aterradores hasta jocosos, pasando por políticos de casi todas las tintas. Aterradores algunos por el odio que expelen, otros por la amargura, la ignorancia, las ganas de joder y/o culpar al "enemigo" cualquiera que este sea, etc.
Lo mas aterrador ha sido encontrarme una y otra vez con un fenómeno tan común, nada nuevo bajo el sol. Aspecto inevitable de nuestra condición humana.
En muchas partes me he tropezado con la carencia de responsabilidad por las consecuencias de lo que decimos. Al público, al mundo, a nuestros congéneres humanos, a nuestros vecinos del mismo planeta. Con motivos políticos, ideológicos, filosóficos, religiosos, personales, etc. encuentro a montones de seres humanos emitiendo "información" sin sustento alguno.
Desde luego ¡gracias por los pequeños y grandes regalos! también encontré mucha información seria, comprometida con la búsqueda de la verdad; con diversas inclinaciones e intenciones claro está. Hay que buscarla y aparece.
Siempre es una tarea ardua,y toma tiempo, separar la verdad de la mentira, sacar la paja y llegar al núcleo de las cosas, como bien sabemos. No pretendo haberlo logrado. Toma tiempo y creo que es tarea de muchos, sería mejor que de todos. Sin embargo, también creo que me ha llegado el momento de tomar una postura y comentar algunas de mis conclusiones, lo mismo que compartir algunos datos y fuentes, con mi entorno humano-afectivo.
No es que apenas hoy me haya puesto a reflexionar sobre el tema, es que los correos de mis amig@s me pusieron alerta, y sincrónicamente hoy fue oportuno y hubo el tiempo para entrarle a la investigación.
Mis conclusiones hasta este momento son las siguientes:
La crisis de salud es real. La epidemia es real y hasta cierto punto está siendo contenida en México, un punto frágil puesto que vivimos en el tercer mundo, un hecho y nada más.
Sí se ha informado de nombre y apellidos de medicamentos sugeridos por la OMS para tratar la influenza porcina, existe documento oficial detallado.
Se esta trabajando en la creación de una vacuna, no solo en México, también en otros países.
Hay desinformación y/o ocultamiento de información debido a intereses político-económicos, en cuanto al orígen del virus en México y ciertamente algunos manejos deshonestos, claro ¡viva méxico ca...!
El punto es que la desinformación y el ocultamiento no solo provienen de algunas instancias del gobierno institucional, funcionarios y/o empresas-empresarios rapaces... también y quizá en igual medida, provienen de entes públicos, políticos y funcionarios de diferentes colores, que al parecer han decidido aprovechar el río revuelto para "denunciar" a sus enemigos y de paso apuntarse tantos a favor sin merecerlos, porque hablar mal del prójimo cualquiera puede hacerlo. Proponer soluciones realistas y actuar en consecuencia, y a pesar de las consecuencias, ya es otra historia.
Con tristeza constato que una de las fuentes más peligrosas de desinformación, por masiva y aparentemente pasiva, porque llega de alguna manera a todas partes, incluso y sobre todo a donde no fue invitada, proviene de los miles de millones de internautas que conformamos la red internacional, conocida como Internet.
Haciendo a un lado a las empresas y corporaciones que dominan algunos espacios de la red, estamos los millones de internautas aventajados, con nuestros blogs, webs, foros, grupos, etc. Encontré cantidad de lugares como estos en donde se citan como verdaderos, o se plantean como centro de controversias, contenidos de correos electrónicos anónimos, que como usuarios avanzados de la red conocemos desde hace años. Los llamados HOAXES (Aquí una definición para los no iniciados: http://www.rompecadenas.com.ar/hoaxes.htm ), cadenas de mensajes iniciadas con turbios motivos, de manera anónima, por gente evidentemente destructiva.
Quien posee información que puede resultar útil para otros da la cara, menciona sus fuentes aunque la discreción y/o el cuidado de otr@s obligue a callar algunos detalles. Aquí me estoy refiriendo específicamente a aquellos que habitualmente usamos la red y sus medios para algo más que enviar y recibir correo electrónico.
Por otra parte están los miles de millones de usuarios corrientes de cuentas de correo electrónico, que prácticamente no utilizan la red mas que para comunicarse por correo, chat y/o alguna tecnología telefónica de net. Estos usuarios que por lo regular se limitan a reenviar gran parte de lo que reciben, sin asegurarse de que lo que envían es verdadero, muchas veces sin detenerse a reflexionar en el posible efecto o efectos que puede causar el material que están enviando.
Lo siento amig@s, sé que este punto no es cómodo para nadie. Sé muy bien que la mayoría de ustedes, igual que yo, tienden a reenviar estos mensajes con la mejor de las intenciones. Pero nuestras buenas intenciones no son suficientes cuando se trata de lanzar información a la Red Internacional de Comunicación Virtual. También hace falta responsabilidad.
Creo que uno de tantos aprendizajes que podemos sacar de esta dolorosa experiencia, es comprender las dimensiones que los efectos de nuestras publicaciones en la red y de nuestros reenvíos o forwards pueden alcanzar.
Comprenderlo y en esa medida descubrir y aplicar conciente y creativamente, el tremendo poder que tenemos en las manos, nuestras manos, tuyas y mías...
Suficiente por ahora, muero de hambre. Gracias por su paciencia y su tiempo.
Les envío un fuerte abrazo debidamente desinfectado.
Anabel